Tenemos un hijo de ocho años que está preocupado por ir a una nueva escuela este año. Piensa que él no les va a caer bien a los otros niños y que por ello lo intimidarán. Le preocupa no sacar buenas calificaciones. ¿Cómo podemos mi marido y yo ayudarlo a que se preocupe menos y a que disminuya su ansiedad?

 

La preocupación y la ansiedad se han convertido en experiencias comunes para los niños en edad escolar. El Dr. Koplewicz, del Centro de Estudios Infantiles de Yale, afirma que la ansiedad afecta a más de uno de cada diez adolescentes y niños. Como terapeuta, cada vez veo a más niños que no quieren asistir a la escuela debido a una ansiedad grave.

 

En muchos casos, un niño con ansiedad y preocupación puede recibir una gran ayuda sólo con terapia o, a veces, con terapia y medicación. La última niña con la que trabajé pudo reducir la preocupación y la ansiedad hasta un nivel que le ayudó a tener éxito en la escuela, entablar amistades escolares y desarrollar confianza en sí misma. Los terapeutas utilizan muchas técnicas, como refuerzos positivos, liberación emocional, exploración de traumas pasados y muchas más.

 

Aquí tiene algunas sugerencias:

 

  1. Los niños imitan a sus padres en términos de ansiedad y preocupación, así que, como padres, sean conscientes de cómo manifiestan su estrés frente a los niños.

 

  1. Lleve a su hijo a un psiquiatra que se especialice en niños. La medicación contra la ansiedad, junto con la psicoterapia, a veces es el mejor curso de acción, dependiendo de los síntomas.

 

  1. Ayude a su hijo a mantenerse ocupado haciendo alguna actividad física cuando aparecen los ciclos de preocupación. Andar en bicicleta, saltar en un trampolín o buscar un amigo vecino que pueda jugar algunas horas al aire libre con su hijo.

 

  1. Valide los sentimientos de su hijo. “Entiendo que estés preocupado”. Evite lo que se conoce como positividad tóxica. Por ejemplo, “Podría ser peor”, “Anímate” o “Ya se te pasará”.

 

  1. Pídale a su hijo que dibuje sus sentimientos.

 

  1. Ayude a su hijo a relajarse a la hora de acostarse con un baño tibio y leyendo algunos cuentos con finales felices.

 

Se le ha presentado un reto de padres. Estoy seguro de que usted puede ayudar a su hijo. El Dr. Koplewicz ha dicho: “Como padres, cuidadores y educadores podemos ser parte del problema, pero también somos la mayor parte de la solución.”

 

Betty Richardson, PhD, RN, CS, LPC, LMFT, is an Austin-based psychotherapist.

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