P. Este verano, lo único que quieren hacer mis hijos es divertirse. Piden nadar y jugar todo el día. Quieren comer comida chatarra omitiendo las verduras y frutas. Yo también disfruto de las vacaciones de verano, pero ¿cuándo necesito prepararlos para el próximo año escolar?
R. A mí también me gusta divertirme en el verano. Un par de advertencias: no abrume a sus hijos y no gaste más de lo que puede pagar en actividades. El verano presenta oportunidades para trabajar en mejorar las habilidades académicas, los hábitos de comportamiento y de salud, unos minutos a la vez.
Los estudiantes se benefician de leer todos los días, tanto por diversión como para tener éxito académico. Los niños que no leen durante el verano probablemente perderán el progreso, un fenómeno llamado “la resbaladilla de verano” o “fuga de cerebros”. Veinte minutos de lectura al día pueden ayudar al niño a progresar durante el verano y hasta en el otoño. Les podría ayudar si usted lee los mismos libros que sus hijos y después crear preguntas para conversar. Estas conversaciones pueden ayudar con sus habilidades verbales.
También es bueno que sus hijos practiquen matemáticas, historia y geografía. Use situaciones cotidianas como cuando van a un restaurante, deje que sus hijos averigüen la propina de la comida. Contrate a un tutor de matemáticas si lo necesita. Pegue mapas en las paredes y analice varios lugares. Use juegos y acertijos para desarrollar concentración, memoria y coordinación. Mantenga un rompecabezas en una mesa de juego y celebre cuando esté terminado.
Trabaje en modales. Esto no toma mucho tiempo. Pídales a sus hijos que identifiquen los buenos modales y que busquen personas que muestren buenos modales. Dé comentarios positivos cuando sus hijos muestren buenos modales. Durante la hora de comida en familia, insista que todos se sienten a la mesa, usen servilletas y utensilios adecuadamente, no hablen con la boca llena, participen en la conversación, aprendan a pedir cosas y que pasen la comida. Pídales a todos que guarden los teléfonos celulares y otros dispositivos. Enfatice en la importancia de enfocarse en las personas que están físicamente presentes.
Los sentimientos son otra área en la que pueden trabajar por minutes a la vez durante el verano. En las comidas o en el automóvil, comience una plática diciendo: “Me siento ____. Creo que este sentimiento es porque ____. Me podría sentir mejor si yo ____.” Hágales saber a los niños que todos tienen emociones y sentimientos, y que pueden regular esos sentimientos u obtener ayuda si los sentimientos son demasiado agobiantes.
Establecer hábitos alimenticios saludables es un trabajo continuo de amor. Recientemente pasé tiempo con niños que no comen verduras o frutas. Si no es un carbohidrato, se queda en sus platos. Sin que se den cuenta, póngales frutas y verduras en otros alimentos. Por ejemplo, puede ponerle verduras en la salsa de espagueti sin que nadie se dé cuenta. Aunque los niños pueden sobrevivir con cereales, leche y mantequilla de maní, una dieta mejor equilibrada facilitará la salud mental y física.
Y aunque a los niños les gusta quedarse despiertos hasta tarde, y algunos investigadores ven esto como una norma para los adolescentes, no deja de establecer un patrón que es difícil de romper cuando comienza la escuela. Por lo menos consiga que sus hijos estén de acuerdo en un horario para irse a dormir, una vez que llegue la mitad de las vacaciones de verano. De lo contrario cuando llegue el otoño, los cerebros de sus hijos pueden estar en estado de reposo durante todas sus clases de la mañana.
Es bueno prepararse para el comienzo de la escuela ahora. Sólo unos minutos aquí y allá pueden hacer una gran diferencia. Tal parece que apenas salen de la escuela cuando ya es hora de volver.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin.
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