P. Estábamos comiendo en un restaurante cuando mi hijo de 16 años de edad soltó abruptamente: “¡Ustedes son malos padres!” Esto, presuntamente porque le quitamos su teléfono celular durante la comida. Dijo que esperaba un texto importante de su novia. Él y su hermana se fueron y comenzaron a caminar a casa. A veces pienso que mis hijos están fuera de control, y me culpo a mí misma. Gritamos e insultamos. Pero llegamos a casa muy agotados del trabajo. ¿Somos malos padres?
R. La emoción de culpa es común entre los padres y es una parte normal en la crianza de los hijos. Escucho a los padres enumerar muchas razones: no estar con los niños lo suficiente, no escucharlos, ser un mal ejemplo, presionar demasiado o no lo suficiente, maldecir y gritar, ser demasiado crítico, no ser lo suficientemente amoroso, no ser consecuente, beber, darles nalgadas, divorciarse, estar deprimido o tener una enfermedad física o mental, pelear con un cónyuge, decir cosas hirientes, ser egoísta o no proteger a los niños. Para algunos, la culpa podría ser una señal de que se han quedado cortos en su objetivo de criar a sus hijos para llegar a ser unos adultos felices y exitosos.
Como padres, no tenemos que ser perfectos, pero tenemos que ser “suficientemente buenos”, lo que significa hacer lo mejor que podamos dentro de nuestras propias situaciones. Sospecho que usted y su esposo ya conocen algunas formas en que pueden mejorar, comenzando por demostrar respeto mutuo y por los niños. Antes de llegar a casa del trabajo, relájese con meditación, ejercicio u otras formas aceptables. Hable amablemente y respetuosamente, incluso si sus hijos dicen o hacen algo para molestarla. Hable con sus hijos sobre la necesidad de que todos sean respetuosos. Enfatice otros valores esenciales como la veracidad, responsabilidad y bondad.
Y hable con su esposo. Juntos podrían crear las reglas de la casa y proponer consecuencias lógicas por romperlas. Hablen de todo esto en una reunión familiar y obtenga la opinión de los niños. Ponga las reglas en el refrigerador o en un cuaderno familiar.
Luego, examine qué es lo que la hace sentirse culpable. ¿Pasa muy poco tiempo con los niños? Si es así, programe “horarios” con cada uno de ellos. Escríbalo en su calendario. Incluso las personas cansadas pueden pasar tiempo descansando con sus hijos, como ver una película y platicar sobre ella después. Si está siendo demasiado crítica, aplíquese una multa cada vez que descubra siendo crítica y ponga el dinero en un frasco. Utilice ese dinero después en la familia.
Corrija lo que pueda y acepte lo que no puede. Por ejemplo, si tienen una enfermedad física o mental, no se puede renunciar la manera en que usted puede dejar de gritar. Pero busque ayuda profesional y siga los consejos médicos, para así ponerse en el mejor estado posible para criar a sus hijos. Tome clases gratuitas o de bajo costo sobre la crianza de los hijos. (Por lo general, se proporciona cuidado de niños en estas clases). Construya amistades con otros padres y analice las preocupaciones sobre la crianza de los hijos con el grupo.
¿Hay malos padres? Sí, por supuesto que los hay. Algunos de los adultos que veo en terapia describen que sus padres fueron abusivos y/o negligentes. Estos adultos están buscando una señal de que sus padres se arrepienten de lo que hicieron o no hicieron. A diferencia de usted, esos padres tienden a no sentirse culpables y generalmente no ven ni admiten el dolor emocional que pueden haberles causado a sus hijos.
Sospecho que no tenemos que preocuparnos de que usted sea una madre verdaderamente mala, porque está buscando formas de ser una mejor madre: no perfecta, pero mejor. Sé la mejor madre que pueda ser.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin.
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