P. Cuando mi hija de la escuela secundaria lloró porque no la pusieron en la misma clase de inglés que su mejor amiga, yo le llamé a la directora para pedirle que la cambiara de salón. Se lo conté a mi hermana y ella me llamó madre “cortacésped.” Ella me dijo que hago excusas para mi hija y hasta me señaló que a veces le hago la tarea a mi hija. ¿Es eso necesariamente algo malo?
R. Los padres “cortacésped” hacen cosas para evitar que sus hijos tengan que enfrentar desafíos o problemas. Se aseguran que su hijo no falle en nada. La mayor parte de lo que se escribe sobre los padres “cortacésped” señala los resultados negativos que surgen de este tipo de crianza. Por ejemplo, cuando los niños no tienen que resolver las cosas por sí mismos, comienzan a sentir que no son capaces de lograr nada.
A menudo me ofrezco como voluntaria para ayudar con proyectos artesanales para niños en un museo local. Algunos niños se acercan a la mesa de manualidades con confianza y comienzan sus proyectos. Otros necesitan que los animen. Curiosamente, algunos padres se hacen cargo del proyecto del niño para que sea “perfecto”, y el niño no experimenta el hacer la artesanía en absoluto. Recuerdo a una niña que tenía unos 5 años de edad. Ella había comenzado su proyecto por sí misma. Escuché a su madre decir: “Déjame ayudarte a mejorarlo”. La niña dijo (en voz alta): “No, quiero hacerlo yo misma”. Permitir que los niños hagan proyectos por sí mismos y ver los resultados de su propio trabajo puede ser un gran constructor de confianza. Del mismo modo, dejar que los niños experimenten el fracaso puede ser algo positivo. Una creencia es que el fracaso es una experiencia de aprendizaje que ayuda a los niños a descubrir cómo hacerlo mejor o de manera diferente para lograr el éxito.
Una gran preocupación de los educadores es que los padres “cortacésped” producen estudiantes universitarios y solicitantes de empleo que carecen de motivación, tienen dificultades para tomar decisiones, tienen habilidades limitadas de comunicación y no están listos para averiguar lo que se necesita para aprobar un curso o hacer el trabajo.
¿Cuáles son algunas maneras de evitar ser un padre cortacésped? Aquí están algunas sugerencias:
- Cuando los niños enfrentan un problema, no salte inmediatamente en un plan de “arreglarlo” de resolución de problemas. Pregúntele a su hijo: “¿Qué ideas tienes para resolver esto o mejorarlo?”
- Cuando su hijo esté molesto por algo como no estar en la misma clase que un amigo, anímelo a ver el lado positivo. Esta podría ser una oportunidad para hacer nuevos amigos y concentrarse más en el aprendizaje.
- Deje que su hijo experimente el fracaso cuando no haga el trabajo. Pídale que piense en lo que puede hacer mejor o diferente para tener éxito la próxima vez.
- Deje de hacer la tarea o el trabajo de su hijo, o de lo contrario se encontrará escribiendo ensayos universitarios a las 3 a.m. para su hijo casi adulto.
- Si su hijo parece tener problemas con la organización o las habilidades de estudio, considere conseguirle un tutor o inscribirlo en un programa después de clases que ayude a los niños a tener éxito en la escuela.
- Cuando surjan problemas para su hijo, hable con otros padres para aprender cómo han manejado situaciones similares de una manera que ayudó a su hijo a aprender a lidiar con los problemas.
Quiero señalar que en algunas situaciones; los padres necesitan involucrarse mucho en la escuela. Cuando un niño está teniendo problemas de salud mental, está siendo intimidado o tiene una diferencia de aprendizaje, los padres necesitan involucrarse más en la escuela y en otros aspectos de la vida de sus hijos, además de usar cualquiera de las sugerencias anteriores. No siempre podemos asumir que un padre está siendo un padre “cortacésped” cuando no conocemos la situación de su hijo.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin.
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