P. Mi padre está bajo cuidados en un hospicio y no se espera que viva por mucho más tiempo. Ha sido emocionalmente duro para mí, pero tengo también dos niños de 5 y 8 años de edad. ¿Qué sugerencias tiene para ayudarles a superar esta pérdida?
R. Usted está pasando por un momento difícil. Está tratando con la enfermedad y la inevitable muerte de su padre. Quiere y necesita ayudar a sus hijos a lidiar con la muerte de su abuelo de una manera saludable. Usted puede estar ayudando a su madre. Y su marido quiere atención, también.
Antes de dar sugerencias acerca de los niños, quiero recordarle que debe cuidar de sí misma. Cualquier cosa que le de energía—una ducha o baño cliente, una taza de té, una siesta, el ejercicio o tiempo a solas con su marido—le da fuerza para superar esta momento. Escriba un horario diario para que pueda priorizar las tareas e incluir algo de tiempo para usted.
Ahora, sobre los niños: tenga presente que cada niño es afectado por la muerte según su edad de desarrollo, personalidad, sentido de seguridad y muchos otros factores. Algunos niños se retiran y se ponen muy callados, mientras que otros se vuelven irritables o hiperactivos.
Averigüe lo que está pasando por dentro. Anime a sus niños a hablar de sus pensamientos y a compartir sus sentimientos y preguntas. Escuche más en lugar de hablar. Responda a preguntas honestamente pero de una manera simple, para que sus niños no se sientan confundidos o abrumados. Está bien decir, “no sé”.
Si usted necesita pensar en su respuesta o se encuentra demasiado emocional, puede decir lo que mi tía mayor dice: “Pienso mejor cuando me como un helado. Vamos por unos”. O simplemente diga: “Déjame pensarlo y te contesto más tarde.” Asegúrese de encontrar ese tiempo más tarde.
Algunos niños pequeños tienen lo que se llama “pensamiento mágico”, como si de alguna manera ellos causaron la muerte. Por ejemplo, si se hubiera portado bien, la persona no habría muerto. Asegúrele al niño que no podemos hacer que otros mueran por lo que decimos o pensamos.
Lo que usted diga acerca de la vida después de la muerte dependerá de sus propias creencias y cultura. Algunas culturas creen en la reencarnación, que puede ser reconfortante en creer que la persona va a regresar en otra forma. Algunas culturas creen en un Dios que le dará la bienvenida a la persona en el Cielo, lo cual también puede ser reconfortante.
La pregunta incómoda es a menudo, “¿Cómo pudo Dios permitir que esta persona muriera?” Transmitir que la muerte es parte del ciclo de la vida es un reto, ya que las preguntas que surgen después incluyen: “¿Voy a morir, o se van a morir mi mamita o mi papito?” Las respuestas reconfortantes usualmente enfocan la atención en la idea de que usted no espera morir por mucho tiempo.
Use la palabra muerte. La mayoría de los profesionales de salud mental desalientan el decir que la persona está dormida y no despertará. El usar la palabra muerte presenta la realidad y evita el riesgo de que un niño desarrolle un miedo a dormir.
Explique las ceremonias y reuniones que se llevarán a cabo. Invítelos a asistir, pero no los obligue. Ser parte de las actividades y estar rodeados de personas que los aman es útil. Tenga un plan de llevar a los niños afuera, a otra habitación o casa si las ceremonias se alargan.
Le aplaudo el reconocer que las pérdidas afectan a los niños. Una de las cosas más importantes que puede hacer es estar emocionalmente y físicamente disponible para ayudarles a superar esta experiencia.
Evite perderse tanto en tareas o en su propia pena que sus niños se sientan abandonados. El sentirse abandonado o perdido de niño puede seguir a una persona en la edad adulta y es una de los temas que los adultos tratan frecuentemente en terapia. Ayudar a sus niños a lidiar con la muerte es un trabajo importante.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin que se especializa en ocuparse de los problemas de niños, de adolescentes y de padres.
¿Tiene una pregunta para Betty Richardson? Envíanos un email aquí y es posible que veas la respuesta en un próximo número.