P. Nuestra hija de 10 años de edad, se enoja cuando no consigue lo que quiere o cuando las cosas no son a su manera. Ella no quiere compartir con los demás. Se resiste a hacer las tareas y sus deberes. Es celosa cuando su hermana de 6 años de edad, llama la atención. ¿Por qué se comporta de esta manera? ¿Qué podemos hacer para ayudarla?
R. Sospecho que cuando su hija mayor era hija única durante cuatro años, el mundo giraba a su alrededor. Ella era muy especial. Luego llegó su hermana, y se esperaba de ella que compartiera su tiempo y atención—pero a ella probablemente no le gustó. Sospecho que entonces ella comenzó a desarrollar algunos comportamientos asociados con el egoísmo.
Richard Fitzgibbons, en su artículo “El egoísmo en los niños” (bit.ly/1St3Duc), hace algunos puntos interesantes e importantes:
- El egoísmo es una de las principales causas de la ira excesiva y comportamientos desafiantes en niños y adolescentes.
- Un niño egoísta crea mucho estrés en los demás, incluidos los padres, hermanos, compañeros de clase y maestros.
- Los niños egoístas pueden ser mal diagnosticados con ADHD, debido a la hiperactividad que muestran cuando no pueden salirse con la suya o no reciben la atención que exigen.
- Las personas de cualquier edad que tienden a ser egoísta pueden mostrar o muestran ira cuando no consiguen lo que quieren o salirse con la suya.
Fitzgibbons no está solo en identificar el egoísmo como una de las principales causas de la ira en los niños. Es un tema muy repetido por los profesionales que trabajan con las familias.
Así que, ¿cómo puede usted ayudar a su hija a ser menos enojona, celosa y desafiante, y más amorosa, amable y considerada? Aquí hay algunas sugerencias:
- Utilice consecuencias para el comportamiento no deseado. Por ejemplo: Si no hace la tarea y la entrega, no le permita usar ningún aparato electrónico, incluyendo el teléfono celular, durante un período determinado de tiempo. Si la ropa o pertenencias se quedan en el suelo, escóndaselas para pedir rescate o póngalas en una caja marcada “Donaciones”, y vera que tan rápido consigue que las guarde.
- Póngale las expectativas por escrito. Inicie un cuaderno de comunicación (un cuaderno de espiral barato será suficiente) para que pueda informarle a su hija sólo una vez acerca de sus expectativas, en lugar de decirle una y otra vez.
- Establecer quehaceres en la casa. Hacer los quehaceres de la casa debe esperarse de cada miembro de la familia. Escriba los quehaceres apropiados a las edades, e indíquele a su hija que debe marcarlos cuando lo termine de hacer. Los quehaceres especiales merecen una paga, pero no los “quehaceres que hace la familia a diario o semanalmente.”
- Modele y espere un buen comportamiento—modales, amabilidad y respeto—y no la recompense con “buen trabajo” o una golosina. Si se recompensa, un niño puede trabajar por recompensas y no por empatía o bondad. Anótense de voluntarios con sus hijos para servir a las personas menos afortunadas. Ser amable y respetuoso son partes importantes de ser desinteresado.
- Modele y enseñe a su hija a “levantarles el ánimo a los demás” alentando y ayudando a otros a tener éxito en lugar de quejarse de la gente en sus vidas y deseando que fracasen.
- Ayude a su hija a entender la diferencia entre necesidades y deseos.
A fin de ayudar a su hija a cambiar para bien, usted y su marido tienen que estar de acuerdo en trabajar juntos como padres, y puede que tengan que hacer algunos cambios en su propio comportamiento.
Mientras que los padres suelen ser generosos con sus hijos, pueden modelar comportamiento egoísta con su cónyuge, parientes y amigos. Si usted mira de cerca, podría ver su propio comportamiento egoísta reflejado en el comportamiento de su hija.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin que se especializa en ocuparse de los problemas de niños, de adolescentes y de padres.
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