P: Nuestra hija Gretje llegó a casa de la escuela llorando porque los niños le habían dicho cosas feas. Ahora ya no disfruta ir a la escuela. Gretje cuenta que los niños se burlan de su nombre y del hecho de que nació en otro país. Se burlan del yeso que tiene en su brazo roto. Gretje es muy inteligente, sin embargo, sus calificaciones han bajado recientemente. ¿Por qué los niños sienten que tienen que burlarse de sus compañeros de clase? ¿Qué podemos hacer para ayudar a Gretje a hacer frente a los comentarios desagradables para que pueda volver a sentirse segura, prestar atención y sobresalir en la escuela?

 

R: Hay muchas maneras físicas y psicológicas en las que los niños pueden ser malos con los demás, desde empujones, golpes y patadas hasta ignorar, burlarse y chismear. La falta de empatía por los demás es la razón más frecuente por la que los niños dicen o hacen cosas malas de manera impulsiva. Algunos expertos hablan de puntos ciegos de empatía, en los que los niños saben que no está bien pégale a otros o decir cosas hirientes, pero deciden que los sentimientos de algunos otros niños no cuentan por qué son fastidiosos o merecen ser objeto de burla por alguna razón. A veces, un niño tiene un nuevo hermano o hermana en casa y siente una pérdida de poder en la familia. Controlar a los compañeros mediante el acoso es una forma de volver a sentir poder. Cuando los niños son poco amables, a menudo se enfrentan a sentimientos de inseguridad y dudas sobre sí mismos.

 

¿Qué puede hacer para ayudar a Gretje? Podría programar una reunión donde usted y Gretje puedan hablar con el maestro y tal vez con el consejero y el director de la escuela.

 

Creo que el maestro estaría dispuesto a ayudar a detener este comportamiento inapropiado. El maestro podría ayudar a Gretje a encontrar una o dos amigas y quizás también hablar sobre la empatía en la clase. El consejero y el director pueden estar alertas a cualquier comportamiento de acoso en áreas fuera del salón de clases.

 

También, puede trabajar con Gretje para ayudarla a sentirse segura de sí misma. Hable con ella sobre las maneras en que podría responder a aquellos que son malos con ella. Ella puede responder simplemente con un “¡así es!”, o seguir adelante con un “adios.”

 

Considere la posibilidad de acercarse a los padres de los niños que están siendo malos. A veces esto tiene buenos resultados, mientras que otras veces pueden contestar de mala manera pidiéndole que se ocupe de sus propios asuntos. Así que prepárese para cualquier respuesta. Estos padres pueden hacer mucho para ayudar a sus hijos a ser empáticos. He aquí algunas maneras:

 

  1. Reconozca los pensamientos y sentimientos de su hijo. 
  2. Pídale al niño que se ponga en el lugar del otro niño y que se imagine cómo se sentiría si lo trataran mal. 
  3. Dígale al niño que no espera que le caigan bien todos los niños, pero que sí espera que sea amable con todos los niños. 
  4. Pídale al niño que reflexione sobre la situación para que vea la conexión entre las acciones y el resultado. 
  5. Ayude a identificar maneras de mostrar un mejor comportamiento. Podría decir: “Eres un niño amable al que a veces le cuesta trabajo actuar con amabilidad. ¿Cómo podrías ser más amable?” 
  6. Modele la amabilidad en casa como padre y espere ver un comportamiento amable de los niños en casa. Si se observa un comportamiento malo, siéntese con el niño y pídale que reconsidere lo que podría haber dicho o hecho en su lugar.

 

Como padres, hagamos todo lo posible para ayudar a nuestros hijos a ser más empáticos y amables con los demás.

 

 

 

 

Betty Richardson, PhD, RN, CS, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta con sede en Austin.

 

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