P. Nuestros dos hijos tienen entre siete y 12 años de edad y quieren muchas cosas. Ven algo que tiene un amigo o compañero de clase y lo quieren. Ven algo en la televisión y lo quieren. Mi esposo les da todo lo que piden, e incluso algunos artículos caros que no piden. No le agradecen ni se preocupan por sus pertenencias. Me preocupa que nuestros hijos pasen la vida queriendo que sigamos proporcionándoles todo, sin nada a cambio. ¿Cómo podemos lograr que nuestros hijos sean niños agradecidos y amorosos?

 

R. La mayoría de las veces, cuando usted quiere que sus hijos (o cualquier otra persona) cambien, significa que usted debe cambiar primero. Usted y su esposo son modelos a seguir de sus hijos. Necesita modelar la gratitud y guiar a sus hijos para que hagan actividades que apoyen una actitud de agradecimiento. Nuestros hijos no han tenido que caminar una milla para obtener agua, como las personas en otras partes del mundo. Tienen fácil acceso a alimentos, agua, vivienda y educación. Y hay un sin fin de cosas para conseguir. Permítame asegurarles que, en una vida de abundancia, los niños pueden aprender a ser agradecidos. Estas son algunas sugerencias:

 

1.Continúe hablando sobre las cosas por las que usted está agradecida. En las comidas o a la hora de acostarse, pídales a todos que mencionen algunas cosas por las que están agradecidos. Mantenga un cuaderno familiar donde todos puedan escribir algo por lo que están agradecidos todos los días. A algunos niños les gusta tener su propio diario de gratitud. También podría pedirles a sus hijos que le envíe un correo electrónico todos los días indicándole por lo que están agradecidos. Si están atorados, ofrezca sugerencias como aire limpio para respirar; buenos amigos con quienes pasar el tiempo; o un hogar cálido.

 

  1. Fomentar notas de agradecimiento por los regalos. Esto le recuerda al niño que los regalos provienen de personas que se preocupan y no solo aparecen mágicamente. ¿Qué pasa si a un niño no le gusta un regalo? Anímelos a decir “gracias” de todos modos. Yo he dejado de dar regalos a personas que no reconocen mis regalos de alguna manera, como una llamada telefónica, una carta, un correo electrónico o un mensaje de texto. Hago algunas excepciones para las personas que están lidiando con una pena o una enfermedad grave.

 

  1. Dígales a sus hijos “gracias” y dígales por qué está agradecida de tenerlos como sus hijos. Decir “gracias” y “buen trabajo” no es necesario para cada pequeña cosa que hace un niño porque pronto pierde su impacto. En lugar de decir “¡Buen trabajo! Recogiste un clip de papel”, podría decir “Gracias por recogerlo. Me gusta cuando ayudas”. También puede decirles a sus hijos que está agradecida por sus sonrisas, su entusiasmo, su apego a una tarea u otro buen comportamiento importante.

 

  1. Pídales a sus hijos que ganen parte del dinero por algo que quieran. Ganar dinero ayuda a los niños a darse cuenta de lo que otros hacen por ellos. Por ejemplo, yo tuve que ganar parte del dinero por una bicicleta que recibí para Navidad en aproximadamente 3er grado. Sabía que mi papá tenía que trabajar duro, como yo, para juntar el dinero. Compré una cadena y candado de combinación, y hasta el día de hoy puedo decirles cuál era la combinación. Esa bicicleta era una posesión preciada, bien cuidada y muy querida.

 

  1. Anime a sus hijos a hacer buenas obras. Lleve a los niños con usted a ser voluntarios para ayudar a los demás. Algunas familias construyen sus días festivos en torno al voluntariado y la entrega de regalos para las familias necesitadas. El voluntariado genera empatía y gratitud. Al ser voluntarios, las personas pueden presenciar la gratitud de los necesitados, lo cual es poderoso.
  2. Esté alerta para los momentos de enseñanza. Si su hijo ve a alguien que no tiene dinero para almorzar o solo tiene dos cambios de ropa, tómese el tiempo para hablar sobre lo que es importante. Anime a los niños a hacer amigos basados en intereses comunes, no solo en base a niveles de ingresos similares. Hable acerca de cómo algunos niños y familias siempre tendrán más y algunos otros tendrán mucho menos.

 

  1. Hable con su esposo sobre no darle a los niños todo lo que piden. Un estudio realizado por el Dr. Robert A. Emmons de la Universidad de California, Davis, descubrió que experimentar gratitud puede aumentar los niveles de felicidad en alrededor del veinticinco por ciento. Descubrió que las personas que practican la gratitud tienen una mejor autoestima, empatía y optimismo. También se ha encontrado en estudios que los niños que practican la gratitud tienen actitudes más positivas en la escuela y la familia. Ayude a su esposo a darse cuenta del impacto negativo de satisfacer los deseos de los niños de cosas nuevas.

Espero haberle convencido de comenzar la tarea de gratitud en su familia de inmediato. La temporada de festividades es un momento perfecto para comenzar.

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