Durante esta pandemia, podemos hacer dos generalizaciones sobre la vida social de los niños jóvenes: la actividad social en persona ha disminuido y el tiempo frente a la pantalla ha aumentado. Con la reducción del tiempo en persona, los niños han tenido menos oportunidades de participar en el juego libre, la educación estructurada y otras experiencias sociales que informan y dan forma a sus comportamientos públicos. Al mismo tiempo, podemos preguntarnos qué modelos sociales están captando al aumentar el tiempo frente a la pantalla. La respuesta depende en gran medida del tipo de medios que estén viendo.
Por lo general, en la cultura escolar de los Estados Unidos, valoramos a los “cotorros inteligentes” – niños que comparten lo que saben, hacen muchas preguntas, ofrecen estrategias de solución y se dirigen a los adultos con respeto pero con confianza. Agradecemos esa energía incontenible por aprender y conocer. Este modelo de aprendizaje no es culturalmente universal; otras culturas escolares valoran más la deferencia hacia los adultos o fomentan las contribuciones de grupo sobre las voces individuales. Las familias que aportan otras perspectivas culturales sobre el aprendizaje pueden tener dificultades para adaptarse a estos marcadores estadounidenses de desempeño escolar exitoso.
Se verán personajes de “cotorro inteligente” en todos los programas de PBS Kids. Lo mejor de estos demuestra a los niños cómo navegar por los difíciles equilibrios inherentes a ser un cotorro inteligente: cómo ser respetuoso al decir lo que piensa, cómo balancear el habla con escuchar a los demás y cómo encontrar su voz en un mundo de diversos puntos de vista. Nuestro programa más reciente, Alma’s Way, aborda estos temas directamente a través de los ojos de Alma, una niña de seis años que le da sentido a su emocionante mundo urbano.
Benjamin Kramer, PhD, es el director de educación de Austin PBS.