P. Nuestra hija Lucy de 4 años de edad está obsesionada con las princesas y todo sobre ellas. Tiene muñecas de princesas, un castillo de juguete y libros de cuentos sobre princesas, que quiere que le leamos todas las noches. Se imagina que nació siendo una princesa, y que no somos su verdadera familia. Me vuelve loca cantando “Let It Go” de la película Frozen. Estoy cansada de leer las mismas historias y comprar cosas de princesas. ¿Cómo podemos saber si esto es normal o no? ¿Su comportamiento apunta a autismo o trastorno obsesivo-compulsivo? ¿Cuál es la mejor manera de lidiar con esto?
R. Usted está describiendo un comportamiento que es común en niños de preescolar. Una teoría es que los niños pequeños y niños de preescolar están pasando por muchos cambios en sus vidas, tales como renunciar a la siesta, obtener una nueva niñera, cambiar a una cama para niños grandes y posiblemente incluso recibir un nuevo hermano. Estos cambios pueden ser difíciles para un niño de preescolar—mucho menos un niño mayor. Fijarse en un sólo interés ofrece al niño una sensación de control y se siente reconfortante. Otra teoría es que las mentes de los niños aun están en desarrollo, lo que significa que manejan mejor el interés individual y van a pasar a más intereses conforme se desarrolla el cerebro.
Muchos niños de la edad de Lucy—incluso mayores—se enfocan en un sólo interés. He conocido niños que se enfocan intensamente en la lucha contra incendios, tiburones, coches deportivos, jugar a ser maestro de escuela y muchos otros temas.
Entonces, ¿cómo puede saber si una obsesión es normal? Si ella socializa con otros niños (incluso en el juego paralelo) y deja a otros niños participar en su juego de la princesa, esto sería un buen indicio de que su juego es normal. Los niños con el diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (ASD, por sus siglas en inglés) es muy probable que no deje que otros niños jueguen con sus pertenencias o participen en juegos en torno a su único interés. Estos niños están preocupados por la colocación y el orden de sus cosas y a menudo se molestan cuando ese orden se altera.
En cuanto al Trastorno Obsesivo-Compulsivo (OCD, por sus siglas en inglés), recuerde que el OCD es un trastorno de ansiedad con dos componentes. El componente obsesivo consiste en pensamientos intrusivos, no deseados, recurrentes (a menudo de miedo). Los niños con OCD tienen pensamientos recurrentes que algunas veces podrían ser nocivos, peligrosos, malos o sucios, o que cosas malas pueden suceder. Por ejemplo, en lugar de sólo estar interesado en la lucha contra incendios, el niño puede escuchar una sirena y tener pensamientos recurrentes en donde hay un incendio en su casa causado por él, aunque él no lo haya hecho, o que su familia se quemará en el fuego. El niño puede tener impulsos de hacer repetidamente algo con el fin de parar los pensamientos de miedo. Los rituales alivian la ansiedad, pero no son reconfortantes o normales. El niño con OCD puede sentirse asustado fuera de control y solo.
Después de todo esto, usted probablemente vea que Lucy tiene un comportamiento normal para su edad. ¿Qué se puede hacer acerca de su obsesión? He aquí algunas sugerencias:
- Ponga límites alrededor de su interés. Establezca reglas acerca de cuánto tiempo y cuando ella puede jugar princesa.
- Amplié su perspectiva. En la librería o biblioteca, pídale que elija un libro sobre su interés y uno en otra cosa.
- Fomente conductas saludables. Por ejemplo, las princesas comen alimentos nutritivos, se cepillan los dientes con un cepillo dental de la princesa y duermen bien para mantenerse bellas.
- Forme vínculos con ella. Participe en el juego de la princesa al usar una corona y jugar que usted es la reina. Si bien es cierto, usted podría compartir que una vez pensó que era una princesa, también.
Tenga en cuenta que no es inusual para los niños superdotados estar obsesionados con cualquier número de intereses aparentemente normales o cosas que a usted no le parecen normales o que no le atraen.
Con suerte, el comportamiento de Lucy parece normal después de leer esto. Pero si no, sería conveniente que fuera evaluada por su pediatra, quien es experto en la identificación de comportamientos que caen fuera de la norma y referir a los padres a servicios de ayuda.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin que se especializa en ocuparse de los problemas de niños, de adolescentes y de padres.
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