P. Mi padre ha estado en cuidado de hospicio en nuestra casa y nos han dicho que morirá pronto. Mi esposa y yo queremos algunos consejos sobre si llevar o no a nuestros hijos al funeral de su abuelo. Nuestros hijos tienen dos, siete y diez años de edad. Nuestro hijo de siete años es un niño ansioso que tiene miedo de todo. Y el niño de 10 años no conoce el miedo.
R. Al revisar lo escrito sobre llevar a los niños a los funerales, encuentro que los expertos recomiendan darles a los niños mayores la opción de decidir si quieren o no ir. Si el niño nunca ha ido a un funeral, es posible que le falte información para tomar esa decisión. Sin embargo, no obligaría a un niño a ir si se niega. Pero simplemente decir: “Me gustaría que fueras y puedes sentarte junto a mamá y a mí”, podría calmar la preocupación. Si eso no funciona, entonces contratando a su niñera favorita pudiera ser una opción más cómoda.
Si decide ofrecerle al niño la opción de ir o no a un funeral, ayúdelo a ver los pros y los contras de asistir. Para los niños más pequeños, como su hijo de 2 años, puede ser difícil quedarse quieto. En este caso, es posible que desee dejar al niño en casa durante el servicio funerario donde se espera que las personas permanezcan sentadas en silencio. Puede ser más fácil para un niño de
2 años asistir a otras funciones de ese día, como visitas o ritos junto a la tumba, ya que estas experiencias generalmente no requieren que se quede sentado sin moverse y en silencio.
Aquí están algunas sugerencias adicionales para usted:
- Vea la muerte de su padre como una oportunidad de enseñanza. Explicar la muerte de una manera apropiada para su edad, así como, qué esperar en el funeral de su abuelo, incluyendo las visitas, la formalidad del funeral, los servicios junto a la tumba u otros rituales y ceremonias. A los siete años, los niños pueden entender que la muerte es permanente.
- Asegúrele a sus hijos que, aunque todos se mueren, usted está sano y no tiene la intención de morir por mucho tiempo, si esa es la verdad de su situación.
- Explique qué comportamiento se espera si hay un ataúd abierto. ¿Pueden tocar el cuerpo? ¿Pueden dejar algo en el ataúd como un animal de peluche o un juguete?
- Anime a sus hijos a hacer preguntas sobre la muerte y las costumbres funerarias. Hay muchos libros infantiles apropiados para su edad que cubren este tema.
- Solicite la ayuda de un amigo que esté dispuesto a llevar a uno o más niños del servicio a un lugar tranquilo si se aburren, están inquietos, abrumados o simplemente quieren irse. Kenneth Doka se refiere a este amigo adulto como un “Buen Pastor” en su artículo sobre niños y funerales en Psychology Today (mayo 2018).
- Anime a sus hijos a llevar un objeto reconfortante, como un animal de peluche, a la visita y/o al funeral.
- Con un niño ansioso como su hijo de 7 años, explíquele lentamente como se desarrollarán las actividades funerarias. Sea paciente con cualquier sentimiento que surja.
- Responda las preguntas de su hijo con claridad y clama. Los niños pudieran simplemente preguntar: “¿Para qué son los funerales?”. Podría decir que los funerales nos ayudan a despedirnos de nuestros seres queridos; compartir recuerdos con otros; recordar a la persona y celebrar su vida, o permitirnos llorar, o quizás reírnos de recuerdos divertidos.
- Permita que los niños ayuden con el servicio cuando sea apropiado. En algunos funerales a los que he asistido, niños y nietos han recitado poesías o versos cortos que también pueden imprimirse en el programa.
Lo importante, para los niños que asisten a un funeral, es proporcionar una experiencia reconfortante. Quiero señalar, que en las terapias y en otros entornos, escucho a los adultos hablar de lamentar no haber podido asistir a los funerales cuando era niño. Nunca he escuchado a una persona decir que asistieron a un funeral y desearían no haberlo hecho.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin.