P. Mi hija de 9 años de edad es muy egoísta. Vivimos con mi hermana y sus hijos (edades 5 y 2). Mi hija no comparte nada con ellos ni los deja entrar a su habitación. Ella es irrespetuosa conmigo y mi hermana. Me irrita tener que decirle lo mismo una y otra vez. ¿Cómo puedo hacer que mi hija cambie?
R. Quiere tres cambios en su hija: respeto hacia usted y su hermana, amabilidad hacia sus primos y que la escuche para que usted no tenga que repetirse.
Su hija es muy afortunada de tener su propia habitación. Ella podría estar compartiendo con alguien o durmiendo en un sofá. Ayúdela a practicar la gratitud pidiéndoles a todos durante las comidas compartidas, que diga cada uno algo por lo que está agradecido. Dé un ejemplo diciendo algo por lo que usted está agradecida. Si su hija no menciona su habitación, usted puede decir que está agradecida por la casa que comparten.
Ser groseros es común en los niños de esta edad, ya que desean convertirse en individuos y separarse de los padres. A esta edad, los niños tienden a comparar su situación con la de los amigos más ricos. Su hija podría estar enojada con usted por esto u otras cosas. Sería de gran ayuda preguntarle qué es lo que la enoja. Si es su situación de vida, dígale algo como: “Lo siento, pero esto es lo mejor que puedo hacer en este momento.”
De cualquier manera, necesita lidiar con las groserías de su hija. Las sugerencias incluyen: modelar un comportamiento respetuoso, elogiarla cuando es respetuosa y decirle cuando es grosera. No preste atención a la grosería; eso refuerza el comportamiento. Sólo mencione la grosería que hizo y aléjese. También podría considerar consecuencias tales como reducir la cantidad de dinero que le da o quitarle su teléfono celular.
Su hija también parece estar inmersa en sí misma, lo cual no es inusual a su edad. Puede ser difícil compartir cuando lo que desea es tener más. Ella podría estar pasando por muchas presiones en la escuela mientras intenta descubrir cómo acoplarse y quiénes son sus amigos. Intente darle algunas tareas apropiadas para su edad y establecer las reglas del hogar. Deje que escriba algunas de las reglas y luego que hable y negocie sobre ellas con usted y su hermana. Establezca consecuencias por romper las reglas. Publique estas reglas donde todos puedan verlas. Podría establecer una oportunidad de voluntariado para ella. Puede que diga que no lo hará, pero hágale saber que no es una opción. Puede crear oportunidades para compartir, como por ejemplo, darle a su hija una caja de dulces y decirle que la divida por partes iguales entre ella y sus primos. Mi madre solía decir que los dulces tienen mejor sabor cuando se comparten. Ella tenía razón.
Es comprensible que su hija quiera que nadie entre a su habitación. Es su territorio y su santuario, el único lugar donde puede sentir control. Cuando ella se va y regresa, la habitación está como la dejó. La habitación podría ser una ficha de negociación para que su hija interactúe con sus primos. Por ejemplo, para mantener la habitación sin sus primos, debe leerles una historia todos los días.
Para tratar con el hecho de tener que repetirse, intente ayudarse con un cuaderno de comunicación. Dígale a su hija que usted escribirá en el cuaderno todos los días, y la responsabilidad de ella es leerlo y poner sus iniciales en cada nueva entrada. Otra opción es simplemente seguir repitiendo con una voz tranquila y respetuosa. Tener que repetirles las cosas a los niños es común para los padres. Y obtenga una copia del libro “Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen” por Adele Faber y Elaine Mazlish.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin.
¿Tiene una pregunta para Betty Richardson? Envíanos un email aquí y es posible que veas la respuesta en un próximo número.