P. No creo en la disciplina física en los niños. Me molesta cuando veo a un padre enojado y fuera de control dándole nalgadas a un niño en público. He intervenido un par de veces y me han insultado. Mi marido me dice, “no eres la autoridad encargada de supervisar la manera en que la gente cría a sus hijos.” ¿Cuándo debería una persona hacer algo? ¿Cuáles son algunas maneras seguras de intervenir?
R. Ser padres y criar a los hijos caen continuamente de excelente a malo, dependiendo de factores que pueden cambiar día a día. La mayoría de nosotros somos padres “lo suficientemente buenos” que nos esforzamos por ser mejores. Debido a que algunos padres seriamente luchamos por cuidar de nuestros hijos, muchos de nosotros en algún momento presenciaremos una situación en la cual nos preguntaremos si deberíamos intervenir.
Las situaciones donde se amenaza en contra de una vida son aquellas en las que claramente necesita tomar alguna acción. Cuando vea a un niño solo en un coche con las puertas y ventanas cerradas, puede intervenir para salvar la vida del niño llamando al 911 y pidiéndole a la gente que busquen a los padres en las tiendas cercanas. Cuando vea a un padre sacudir a un bebé, tiene que gritar, “¡Alto!” y decirle que puede matar a un bebé sacudiéndolo.
Recientemente, los medios de comunicación de Austin informaron sobre unos niños pequeños que encontraron amarrados en un patio y solos. Un vecino preocupado denunció el incidente a la división de Servicios de Protección Infantil del estado, quienes sacaron a los niños de esta situación abusiva y quizás hasta les salvaron la vida.
Debemos actuar en situaciones en donde existe alguna amenaza en contra de una vida. Luego, hay situaciones como las que usted ha descrito, en las cuales no es eminente el peligro de muerte, pero la conducta del adulto aparece emocionalmente abusiva, humillante y/o físicamente doloroso para un niño. Estas situaciones dan lugar a que los observadores compasivos como usted, reaccionen fuertemente pero se cuestionen, cuál sería la mejor forma de intervenir.
Les pregunté a unos padres compasivos que conozco, si alguna vez habían intervenido públicamente en la manera en que otras personas disciplinan a sus hijos. Una madre me comentó que fue testigo de cómo un hombre le gritaba a un niño pequeño, levantando la mano, al parecer listo para golpear al niño. Ella se puso en una posición de oración y comenzó a rezar en voz alta sobre la situación. Ella dice que el hombre “la vio, y sus ojos se engrandecieron.” El hombre dejó de gritar y actuó más cariñosamente hacia su niño.
Esta misma madre recuerda haber visto a un niño en un coche cerrado a punto de quedarse dormido. Ella corrió a la tienda y llamó a gritos a la persona que dejo el niño en la camioneta cerrada, reclamándole que el niño estaba en peligro por el calor. Alguien respondió y le dijo de groserías. Ella le contestó, “La próxima vez, voy a llamar a la policía.”
Otra madre me comentó que ella ha intervenido públicamente usando empatía para suavizar la situación, pero todavía hacerse entender. Esta madre vio a un padre retorciendo la oreja de un niño pequeño, lo cual le molestó mucho. Ella se acerco al padre y le dijo: “Es difícil criar a los hijos hoy en día, ¿no es así?” El padre dejó de retorcerle la oreja al niño y comenzó a participar en la conversación. Las sugerencias de otros padres que recuerdan haber intervenido públicamente incluyen decir, “¿Este ha sido un día malo para usted?” o “¿Puedo ayudarle de algún modo?”
Un maestro que conozco recuerda haber escuchado a una madre en el baño de la escuela, gritándole a su hijo y ser verbalmente abusiva. Una subdirectora femenina fue enviada a “calmar la situación”. Otros maestros también me contaron sobre como “calmaban” a los padres con empatía antes de hablar con ellos sobre la importancia de cambiar su comportamiento.
Se necesitan muchas personas trabajando juntas para ayudar a un niño a crecer en un ambiente sano, no abusivo. ¿Por qué no ser una de esas personas que hacen todo lo posible para que esto ocurra?
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin que se especializa en ocuparse de los problemas de niños, de adolescentes y de padres.
¿Tiene una pregunta para Betty Richardson? Envíanos un email aquí y es posible que veas la respuesta en un próximo número.