Recientemente alguien me corrigió sobre una impresión de mucho tiempo que tuve, y me hizo muy feliz. Entre tú y yo, no siempre recibo la corrección con tanta gracia, pero en este caso, abrió posibilidades para pensar en cómo los mundos de los medios y la literatura pueden unirse por el bien de los niños.

 

Nunca he sido un gran fanático de los libros que replican lo que sucede en un programa de televisión o una película. Para mí, estos libros parecían poco creativos e innecesarios: ¿por qué un libro cuenta la misma historia que un programa hizo perfectamente bien?

 

Ahí es donde el Dr. Sebastian Wren, Coordinador Sénior del programa Literacy First de UT-Austin, intervino para orientarme. Capacita a los miembros de Americorps para brindar instrucción de alfabetización temprana a lectores jóvenes, y conoce tanto la investigación sobre alfabetización como las mentes de los niños. “En realidad”, dijo, “conocer el programa puede ayudar a un lector joven a descifrar las palabras de ese libro, lo que puede ser muy emocionante.”

 

Aquí está la parte difícil para quienes no son expertos en la alfabetización. Si el lector es muy joven y aún no ha comenzado a descifrar el código de la lectura, contar una historia hojeando un libro puede ser una actividad perfectamente maravillosa. Al contar su versión, confían en la memoria, la imaginación y el sentido de cómo funciona un libro, y todas esas son habilidades previas a la alfabetización realmente importantes. Dicho esto, si un lector joven está trabajando en la tarea real de leer cadenas de palabras y darles sentido, queremos asegurarnos de que se centren en las palabras que tienen delante y no hagan sustituciones basadas en suposiciones o memoria. El éxito llega cuando esas palabras se leen correctamente y tienen sentido para el lector. Y cuando coinciden con la historia que el niño ya conoce, ¡es hora de celebrar! Por el contrario, si el niño está claramente frustrado o sustituye muchas palabras por lo que está en la página, es posible que aún no esté listo para ese nivel de dificultad.

 

La tecnología ha traído un otro medio más para experimentar historias y contribuir al aprendizaje. Varios programas para niños ahora tienen podcasts que los acompañan, donde las historias de los episodios de televisión se reformulan como aventuras de audio. Si los niños ya conocen los episodios, pueden identificar cómo difiere la versión de audio. Si las historias son nuevas, los podcasts crean una oportunidad para que los niños escuchen un rico vocabulario y visualicen episodios en sus mentes. PBS KIDS ahora tiene cuatro series de podcasts: Pinkalicious & Peterrific, Odd Squad, Molly of Denali y Arthur, con más en camino.

 

Que tu mes de julio esté lleno de grandes espectáculos, emocionantes audios y muchos buenos libros.

Benjamin Kramer, PhD, is the director of education for Austin PBS.

 

 

 

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