P. Mi esposa y yo pensamos muy diferente en cómo nuestros hijos—de edades 9, 11 y 14—deberían pasar su verano. Yo estoy totalmente a favor de que tengan suficiente tiempo libre para jugar, pero mi esposa quiere programar sus días con actividades como aprender un nuevo idioma, clases de música, deportes, clases de teatro y tutoría. Ella me dice que necesitan todo esto para entrar a una buena universidad, y no obtienen nada bueno el tener mucho tiempo para jugar. Mi instinto me dice lo contrario. ¿Cuáles son las ventajas de tener tiempo libre para jugar? ¿Hay algunas desventajas el estar en actividades estructuradas casi todo el tiempo?
R. Algunos de nosotros—y quizás usted, también—recordamos nuestros días de la infancia en los cuales corríamos libres y jugábamos con amigos. Cuando no estábamos en la escuela, éramos como los pollos de mi abuela; nos dejaban recorrer por el campo en lugar de estar encerrados.
“Free range parenting,” este es un extremo de dos formas opuestos de criar a los hijos. El otro se llama “tiger parenting.” Sospecho que su idea sobre la crianza de los hijos no está en cualquiera de estos dos extremos.
El término “Free range parenting” viene del libro escrito por Lisa Zamosky, titulado “Free Range Kids: Darles a nuestros niños la libertad que nosotros tuvimos, sin volvernos locos preocupándonos” (2009). Zamosky parece avalar el estilo de crianza popular durante los años 50 a los años 80, en los que los padres enviaban a los niños fuera de casa para jugar por su cuenta y les decían que “estuvieran en casa para la cena”. Cuando Zamosky dejó a su hijo de 9 años de edad viajar en el metro de Nueva York solo y escribió sobre él en el New York Sun, generó una respuesta bastante negativa.
Con seguridad, usted no desea que sus hijos hagan algo que no sea seguro, pero desea que tengan tiempo libre para jugar. Usted preguntó sobre las ventajas de tener tiempo libre para jugar. En el libro “Free to Learn: El soltar las riendas al instinto para jugar hará a nuestros hijos más felices, más independientes y mejores estudiantes de la vida” (2013), Peter Gray, un profesor de psicología de la Universidad de Boston, dice que “con más libertad para jugar, los niños aprenden a tomar sus propias decisiones, resolver sus propios problemas, crear y cumplir con las reglas y llevarse bien con los demás como iguales…”
Un estudio reciente realizado por psicólogos de la Universidad de Colorado, observaron los horarios y hábitos de juego en setenta niños de 6 años de edad. Este estudio concluye que niños que tenían más libertad para jugar tenían una función ejecutiva más altamente dirigida. La función ejecutiva incluye la capacidad para generar metas personales y entender cómo lograrlas a un nivel práctico. Esto implica habilidades de la autodirección.
Mientras que usted puede estar pensando más en criar a sus hijos con más libertad, su esposa parece haberse inclinado aun más en criar a sus hijos siendo estricta como una tigresa. Este término no existía hasta que Amy Chua escribió “Himno de batalla de la mamá tigresa” (2011).
Chua, profesora de la Universidad de Yale, basó su estilo de crianza en su propia experiencia de crecer en China, donde a los niños no les permitían ver la televisión, tener amigos para jugar, obtener una calificación académica menos de “A” o una evaluación menos de “Sobresaliente” en música u otras actividades. Los padres muy estrictos como tigres, se enfocaban en la preparación para el éxito en las universidades competitivas y profesiones futuras. Una ventaja de criar a los hijos siendo muy estrictos como tigres es que los hijos de estos padres si sobresalen en sus estudios y, por lo general ingresan a preciados colegios y universidades.
Sin embargo, también hay desventajas.
En el Desarrollo de Psicólogos (julio del 2013), Su Yeong Kim reportó que en base a un estudio longitudinal, los niños con ambos padres muy estrictos tuvieron un coeficiente intelectual más bajo que los niños que tenían apoyo de los padres. Algunos estudios recientes han encontrado que los padres muy estrictos contribuyen a la depresión y baja autoestima de sus hijos.
¿Por qué usted y su esposa no llegan a un acuerdo y permiten que se lleven a cabo los dos, tanto darles tiempo libre para jugar como actividades programadas? En mi opinión, es bueno que los niños tengan un equilibrio. En lugar de optar por criar a los hijos con mucha libertad o criar a los hijos siendo muy estrictos como tigres, yo sugiero que encuentren un término medio.
Betty Richardson, PhD, RNC, LPC, LMFT, es una psicoterapeuta situada en Austin que se especializa en ocuparse de los problemas de niños, de adolescentes y de padres.
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